Jueves, 21 hs.
Partiendo de la historia de Nal, el arquero culón, personaje
arquetípico que es a veces capaz de dejar de serlo, este cuento legendario de
Osvaldo Lamborghini nos introduce en las peripecias de Tokuro, un ingeniero
japonés a la búsqueda del honor perdido en Argentina, "la Gran Llanura de
los Chistes". La época son los años ochenta. La Guerra de Malvinas.
Metáfora imposible de nuestra historia política más
reciente, LA CAUSA JUSTA, desnuda la naturaleza atroz de nuestra imbecilidad
fundante, trasvasando los límites siempre difusos que separan realidad y
ficción, vida y obra, prosa y poesía, lo serio y lo ridículo, sin dejar, ni por
un segundo, lugar a lo sublime que podría venir a justificarlo. La frase
perfecta, intrigante, a veces obsesiva; deviene profética, cuando descubrimos
en esa perfecta, etérea, gigantesca bola de mierda, una diminuta partícula de
diamante.
Ficha Técnica:
Dramaturgia: Mariano Bassi y Cristian Palacios
Actúa: Mariano Bassi
Vestuario: Natalia Alayón Bustamante
Diseño Lumínico: Javier Vázquez
Asistencia de Dirección: Tomás Graziano
Dirección: Cristian Palacios
Producción: Compañía Nacional de Fósforos y Eterna Compañía
Prensa y comunicación: Analía Cobas y Cecilia Dellatorre
Duración: 60 minutos.
Este espectáculo cuenta con el apoyo del INSTITUTO NACIONAL
del TEATRO
Facebook: Compañía Nacional de Fósforos
Blogspot: La Fosforera Teatral
Tweeter: @lacausajusta01
Nota del Director:
¿Por qué LA CAUSA JUSTA? Por todo lo que en este cuento nos
fascina, por lo que nos oculta, por lo que no entendemos, por lo que nos
produce en el cuerpo, por lo que nos conmueve, por lo que por sobre todas las
cosas nos hace reír, con esa risa extraordinaria que se coloca en la justa
distancia entre el delirio histérico y la más profunda melancolía. Publicado de
manera póstuma LA CAUSA JUSTA es hoy uno de los textos fundamentales de la
literatura argentina. La obra de Lamborghini, calificada por Leopoldo Marechal
como “una perfecta bola de mierda”, resplandece con brillo propio en el paisaje
de nuestra narrativa.
Hacia el final de su vida, en un departamento de Barcelona,
Osvaldo Lamborghini, retornando a la plástica desde la cual su práctica poética
había partido, como Luis Antonio Sullo, subraya. Pero lo hace literalmente,
rabiosamente. Sus subrayados son inasibles, caóticos, destructivos. Lamborghini
llamará a esta última obra póstuma, compuesta de collages de materias diversas,
escrita en birome sobre papel barato, fotos pornográficas y plasticola de
color, TEATRO PROLETARIO DE CÁMARA. Hay una teatralidad oculta en el gesto de
Lamborghini (puesto que él, ante todo, nos ha enseñado eso: que la literatura
es un gesto, y el teatro, claro está, también lo es). Una teatralidad que en
este proyecto nos proponemos sacar a la luz
Todos jueves a las 21 hs.
Reservas espaciolavallen@gmail.com
o al 155 8279093