lunes, 23 de enero de 2017

Jueves,  21 hs.
 



Partiendo de la historia de Nal, el arquero culón, personaje arquetípico que es a veces capaz de dejar de serlo, este cuento legendario de Osvaldo Lamborghini nos introduce en las peripecias de Tokuro, un ingeniero japonés a la búsqueda del honor perdido en Argentina, "la Gran Llanura de los Chistes". La época son los años ochenta. La Guerra de Malvinas.
Metáfora imposible de nuestra historia política más reciente, LA CAUSA JUSTA, desnuda la naturaleza atroz de nuestra imbecilidad fundante, trasvasando los límites siempre difusos que separan realidad y ficción, vida y obra, prosa y poesía, lo serio y lo ridículo, sin dejar, ni por un segundo, lugar a lo sublime que podría venir a justificarlo. La frase perfecta, intrigante, a veces obsesiva; deviene profética, cuando descubrimos en esa perfecta, etérea, gigantesca bola de mierda, una diminuta partícula de diamante.

Ficha Técnica:
Dramaturgia: Mariano Bassi y Cristian Palacios
Actúa: Mariano Bassi
Vestuario: Natalia Alayón Bustamante
Diseño Lumínico: Javier Vázquez
Asistencia de Dirección: Tomás Graziano
Dirección: Cristian Palacios
Producción: Compañía Nacional de Fósforos y Eterna Compañía
Prensa y comunicación: Analía Cobas y Cecilia Dellatorre
Duración: 60 minutos.

Este espectáculo cuenta con el apoyo del INSTITUTO NACIONAL del TEATRO

Facebook: Compañía Nacional de Fósforos
Blogspot: La Fosforera Teatral
Tweeter: @lacausajusta01

Nota del Director:
¿Por qué LA CAUSA JUSTA? Por todo lo que en este cuento nos fascina, por lo que nos oculta, por lo que no entendemos, por lo que nos produce en el cuerpo, por lo que nos conmueve, por lo que por sobre todas las cosas nos hace reír, con esa risa extraordinaria que se coloca en la justa distancia entre el delirio histérico y la más profunda melancolía. Publicado de manera póstuma LA CAUSA JUSTA es hoy uno de los textos fundamentales de la literatura argentina. La obra de Lamborghini, calificada por Leopoldo Marechal como “una perfecta bola de mierda”, resplandece con brillo propio en el paisaje de nuestra narrativa.
Hacia el final de su vida, en un departamento de Barcelona, Osvaldo Lamborghini, retornando a la plástica desde la cual su práctica poética había partido, como Luis Antonio Sullo, subraya. Pero lo hace literalmente, rabiosamente. Sus subrayados son inasibles, caóticos, destructivos. Lamborghini llamará a esta última obra póstuma, compuesta de collages de materias diversas, escrita en birome sobre papel barato, fotos pornográficas y plasticola de color, TEATRO PROLETARIO DE CÁMARA. Hay una teatralidad oculta en el gesto de Lamborghini (puesto que él, ante todo, nos ha enseñado eso: que la literatura es un gesto, y el teatro, claro está, también lo es). Una teatralidad que en este proyecto nos proponemos sacar a la luz

Todos jueves a las 21 hs.  
Reservas espaciolavallen@gmail.com
o al 155 8279093